Rodrigo Díaz de Vivar, el "Mio Cid", está enamorado de Jimena, pero el conde de Oviedo, su padre, le reta a un duelo y es muerto. Antes maldice a Rodrigo, que si se casa con Jimena, perderá sus facultades de hombre. Y, en efecto, al casarse, Rodrigo se afemina. Urraca le secuestra y seduce, con lo que Rodrigo recupera sus fuerzas y se transforma en el "Cid Cabreador".
Atendiendo a los clientes de los grandes almacenes, las vendedoras, con su uniforme azul, se desviven para servirles. Pero en sus jóvenes mentes, una idea supera todas: la caza de un marido. Ana, enamorada de Juan, que parece encontrarse muy bien en su condición de soltero. Olga tiene aspiraciones de más alto nivel, su novio debe ser propietario de un gran coche. Pilar aspira a ganar un concurso radiofónico. Y allí está también Álvaro, el abogado cuya única causa capaz de defender, y aún con un fracaso rotundo, es la libertad del soltero.
La hija mayor de los Reyes Católicos se ha hecho republicana y la segunda, Juana, se halla en un estado de deseos sexuales que no tiene límite. Quiere un hombre a toda costa, y su madre le busca un marido, pero ninguno cuaja, hasta que encuentra a Felipe de Flandes, un mujeriego, play-boy, que hace galas de canciones y no da abasto en conquistas.
Un día ocurre lo imposible: son los hombres en lugar de las mujeres, los que se quedan embarazados. Se presentan diferentes casos de embarazados, que traducen situaciones similares por las que pasan las mujeres. El virgen es seducido y abandonado. El de los antojos de medianoche. El que es despedido por ser padre soltero. El religioso que teme que la autoridad eclesiastica se entere de su desliz. El que hace todo lo posible para no ser padre otra vez. El que va a Londres, salvando así las apariencias sociales. Ante este fenomeno la sociedad masculina se moviliza..
Un matrimonio que vive en una precaria situación económica gana un corderito en una rifa. Cuando ya han decidido comérselo en Nochebuena, advierten que sus hijos se han encariñado con el animal.
Varios jóvenes okupas son desalojados mientras estaban celebrando el 80 cumpleaños de un anciano que vive con ellos. Huyendo de la policía acaban refugiándose en la embajada de Cuba en Madrid, justo en el momento en que se anuncian elecciones libres en aquel país. Los funcionarios de la embajada, para evitar la avalancha de periodistas, deciden cerrar las puertas, dejando dentro a los okupas.
El pleno del ayuntamiento de un pequeño pueblo aprueba encargar a Ramón, un escultor de izquierdas, la realización de una estatua ecuestre de Franco. Al principio, éste lo rechaza por motivos ideológicos aunque después acepta, ya que no existen estatuas ecuestres de mármol. Cuando finalmente Ramón termina la estatua, Franco ha muerto y el ayuntamiento opina que ya pasó el tiempo de inaugurarla. Para contentar a Ramón aprueban la realización de otra estatua. Esta estará dedicada a la democracia.